dissabte, 20 d’octubre del 2018
España se autodestruirá en 5, 4, 3...
Más allá de su titular llamativo, me parece altamente recomendable la lectura de este artículo de Xavier Diez en Diario 16, que requiere su tiempo pero resume la visión que muchos tenemos del estado de las cosas en este Estado que cada vez es menos de derecho y más de desecho. Destaco dos fragmentos, pero insisto en recomendar su lectura entera.
"Poco a poco, la modernidad y sofisticación de las películas de Amenábar ha ido retrocediendo hacia un pasado de landismo. El Partido Popular fue resucitando los viejos demonios familiares. Primero fue su total oposición a las tímidas iniciativas respecto a la memoria histórica. Después, la criminalización de la izquierda. Una política internacional neoimperial aliándose con Estados Unidos en la fracasada intervención en Irak y Afganistán. Una obsesión enfermiza con ETA (que hace de sus víctimas una nueva versión de los caídos por Dios y por España, y que los privilegia respecto a las del terrorismo yihadista). Y, finalmente, lo más espectacular de todo: el enemigo interior, Cataluña, que recurre a los lugares comunes de deshumanización y criminalización con el que históricamente se ha agredido al pueblo judío.
(...) Pero esto no parece ensombrecer este retorno al orgullo patrio, a esta altivez de hidalgo resentido, esa especie de orgullo esperpéntico que propone poner bombas en las cervecerías alemanas cada vez que un tribunal independiente les recuerda que en Madrid han decidido resucitar la Inquisición o que no es posible mantener un mausoleo para el Pol Pot Europeo, que ahora pretende ser sepultado –y adorado- en la catedral de la capital española. La España de la Manada, la de los tres tenores de la ultraderecha (Casado, Rivera, y éramos pocos y parió la abuela, Abascal) que exigen la represión indiscriminada contra los catalanes, los inmigrantes y las mujeres, la de los medios de desinformación masiva que pintan Barcelona como si fuera la Beirut de los años setenta, la de una monarquía incompetente haciendo apología del odio contra una nación que (de momento) es parte del estado, la de una clase política miserable y una clase judicial hooligan que pone en evidencia lo que sucede cuando en un país no se producen unos necesarios juicios de Nuremberg contra el fascismo que controla las estructuras del estado".
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