En China también se cierran páginas web. Y quien las cierra también lo hace con la ley en la mano. Obviamente no estoy poniendo el Reino de España al nivel de la República Popular China, simplemente apunto que ley no siempre equivale a virtud y mucho menos a razón. Que mientras de ley solamente puede haber una, razones pueden haber tantas como sensibilidades coexistan. Y que un estado que se llame de derecho debería atender a todas estas razones en lugar de ampararse en la ley para privilegiar a unas en detrimento de las otras.
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