dimecres, 12 d’agost del 2015

Nando Cruz parla sobre l'escena indie

Nando Cruz.
IMPRESCINDIBLE -insisteixo, IMPRESCINDIBLE- l'entrevista a Nando Cruz publicada el passat 28 d'abril pel blog Retroalimentación i signada pel també periodista musical Javier Becerra. Una conversa durant la qual Cruz parla del seu darrer assaig, "Pequeño circo: Historia oral del indie en España" (2015, Contra), però sobretot posa les coses al seu lloc, desfà tòpics, assenyala determinats vicis i relativitza el paper i el rerefons tant de la pretesa escena indie estatal com d'alguns dels mitjans de comunicació que l'han alimentat. A continuació en reprodueixo algunes cites que m'han fet reflexionar, tot esperant que tinguin el mateix efecte en vostès, i recomanant-los que les llegeixin en el seu context original, el de la pròpia entrevista.

"Las cosas se torcieron, bajo mi punto de vista, cuando al inicio la mayoría de los grupos de aquella época -los 90- se dedicaron a absorber la influencia de grupos extranjeros desde un punto de vista estético y nunca ideológico. Eso generó grupos que podían sonar peor o mejor, calcando a sus favoritos. Pero en ese calco nunca se incluían las ideas que transmitían. Pienso en bandas de los ochenta ingleses o estadounidenses, que no solo hacían un ruido. En muchos casos, además de tener un bagaje cultural mayor que los grupos que les copiaban aquí en España, tenían una intención artística. A veces incluso social y política. Aquí jamás se planteó. Muy pocos grupos lo retomaron. Esto no quiere decir que los grupos tuvieran que ser políticos en sí mismos, sino que esa forma de entender la música de Inglaterra o EE.UU. se podría haber adoptado. No solo en el sentido de hablar de los mismos temas, sino establecer una escena y un circuito que no solo fuera pasarlo bien".

"Se quiso hacer una escena alternativa y no se llego a construir. A mí Los Planetas me siguen gustando, pero no creo que hayan construido nada. Yo de aquella década echo en falta que se dejase un poso para que luego, los grupos que vinieran después, pudieran funcionar sin caer en las trampas en las que tuvieron que caer todos. Cuando digo eso me refiero a tener que acabar tocando con carteles detrás y todas esas cosas que se supone que no son muy alternativas y muy independientes, pero que no hay otro remedio. Si no lo hay es porque en los noventa los que pretendían hacer algo alternativo o paralelo al circuito oficial no lo hicieron".

"Yo, aunque escribía en Rockdelux, venía de Popular 1. Era súper fan de los Black Crowes y me chocaba que los considerasen una cosa muy retro, porque copiaban a los Faces, los Stones y los grupos de rock sureño, cuando luego se les daba bola a Teenage Fanclub que copiaban a grupos de la misma década, actualizando a Big Star. Todo eso me chocaba pero, si lo decía, lo hacía en voz baja. Tú estabas en la revista, querías entrar en esa camarilla y te callabas. Pero por dentro pensabas: ya no es cuestión de copiar cosas antiguas, sino que según a qué grupo antiguo copies molará o no. Hubo una época en la que copiar a los Beach Boys estaba bien. Los High Lamas eran estupendos. Pero cuidado con hacerlo con los Beatles. Eso sí que no".

"El cartel que tengas detrás dice mucho de tu propuesta. La música no es solo cómo suena y las guitarras con la que la haces sonar. Según como te pongas y según a los sitios a los que digas que no estás definiéndote. Volviendo al caso de La Casa Tomada y el Primavera Sound, que un grupo combine las dos opciones permite que haya quien los pueda ver por cinco euros y gente que los pueda ver pagando 200. Son dos opciones, cuando hay grupos que solo dejan la segunda opción: los que únicamente tocan en espacios en los que para acceder hay que pagar mucho dinero. Esto recorta por debajo el tipo de público al que pueden llegar. Yo no creo que tocar patrocinado o no patrocinado, hacerlo por 50 euros o por menos, decidir salir en el anuncio de un banco o no o hacer una gira en la que te obligan a ponerte un calzado determinado porque la marca te patrocina sea algo puramente estético. Eso define al grupo igual que el pedal que utiliza".

"El tabú del dinero es curioso y muy del indie. Tú vas al hip-hop y se habla de dinero sin problemas. Es más, cuanto más dinero tengo más chulo soy. Sería un tema de análisis curioso. ¿Por qué en el indie no se quiere hablar de dinero? Por lo general, la gente que no quiere hablar de dinero es la que lo tiene. Esa actitud de que no hay que vender y “si podemos tocar en sitios pequeños y que no nos vea nadie” es porque, a lo mejor, tienes ya todas las cosas resueltas. No porque seas rico, sino porque tienes un trabajo que te lo permite y ves la música como un hobbie".

"El punk, el soul, el reggae, el hip-hop… Todos estos géneros, sin renunciar al factor hedonista, sí cuajaron y dieron respuesta y salida a muchas inquietudes de la gente de su entorno. Ese papel no lo cumplió el indie español por todo lo que hemos hablado de su desconexión social. Y ni siquiera puede apuntarse el gol de haber construido un tejido alternativo que pudieran heredar futuras generaciones indies. Todo eso forma también parte del legado de una escena y todo eso no se consiguió. La trascendencia de una escena no se puede medir solo por la cantidad de discos buenos que ha legado sino por la cantidad de gente que los recuerda, por su calado social".

Recordin que val la pena llegir l'entrevista sencera a Retroalimentación.





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